Al norte de Italia, a orillas del Mar Adriático, se halla la ciudad de Trieste. Se trata de una localidad para recorrerla caminando y admirando todo lo que exhiben sus callejas y sus rincones, disfrutando de su especial atmósfera.
La localidad se compone de un casco moderno y una parte antigua. Es aconsejable iniciar el paseo con calma desde el paseo Miramar hasta llegar a la Plaza de la Unitá d’Italia, que refleja sobre el océano los enormes palacios del siglo pasado que la rodean. La plaza es, también, el típico lugar de reunión de los locales y donde se asienta el Ayuntamiento y la Torre del Reloj.
El casco antiguo de Trieste se distingue por sus serpenteantes callejuelas que se prolongan al pie de la colina San Justo. Al ascender, es posible apreciar el Teatro Romano del siglo I, además de la Colina del Castillo. Junto a la Basílica Romana está la hermosa Catedral de San Justo.
De vuelta, camino hacia el puerto, se arriba a la Basílica de Santa María la Mayor, del año 1600.
El encanto que emana Trieste, han puesto su sello en sitios de reunión y cafeterías con que cuenta la localidad. Asomándose al mar está el Caffè Tommaseo que se integra al paisaje desde el año 1850.
Al mismo tiempo, vale la pena descubrir la gran belleza natural que sirve de marco a la localidad. El altiplano de Kartz es una zona recomendada para realizar encantadores paseos o arduas excursiones. Es uno de los mejores lugares para la espeleología debido a la gran cantidad de cuevas subterráneas; la más relevante es la Grotta Gigante con 280 metros de extensión.
Por otro lado, no se debe dejar de visitar la parte de la costa bajo el faro, llamada la Barcola.
Es evidente que no hay forma de negarse a visitar y descubrir la ciudad de Trieste y su atractivo centroeuropeo. Obséquiate un viaje soñado.