El coleccionismo es un arte: es otra forma de contar la historia. Libros, objetos, monedas… se convierten en objetos que nos llevan a otras épocas y nos sumergen en la intrahistoria de regiones y personas.
La numismática nos muestra una de esas caras del prisma de la historia. A través de las monedas, nos trasladamos a una época, a una cultura y a un momento concreto de la historia de una región: la antigua Grecia, Roma, el siglo de Oro, el nacimiento de la peseta… todos momentos que tienen un lugar especial en los libros de historia.
La historia de España contada en monedas
Doblones, maravedís, vellones, reales, pesetas… cada moneda representa una época de la historia de este país. Símbolo de poder adquisitivo, la moneda se convirtió en uno de los instrumentos que permiten conocer la historia de los pueblos bajo un aspecto distinto al de los enfoques militares o políticos con los que se suele estudiar habitualmente.
La dinastía de los Austrias, la de los Borbones, y la historia contemporánea de este país está reflejada en su moneda. ¿Cómo no entender la aparición del vellón durante la época de Felipe III sin entender la carestía de oro y plata de sus antecesores y las guerras en Europa? ¿O los cambios en la iconografía de la moneda durante la época de las dos repúblicas españolas o la dictadura de Franco?
Cada moneda refleja una época y una historia con un mismo trasfondo: la moneda indicaba a quien debías fidelidad y vasallaje.
La iconografía de las monedas
Por supuesto, no podemos entender las monedas y su historia sin entender los cambios en su diseño. La cara y cruz de la moneda han ido cambiado con el tipo según la época reflejando los diferentes gobiernos y la representación del país. Desde el escudo de armas de la restauración borbónica de Alfonso XII, pasando por la tipología republicana de la Segunda República Española y la dictadura del general Franco hasta las últimas pesetas con la cara de Juan Carlos I.
A lo largo de la Historia ha habido momentos clave que han supuesto cambios radicales en la vida de las personas. Conocer y comprender estos momentos nos ofrece una mejor perspectiva sobre las consecuencias de nuestras decisiones.
Cada objeto cuenta una historia
Toda colección cuenta una historia, ya sea por la antigüedad del objeto, por la época a la que pertenece o por la persona que lo poseía antes. Conocer la historia nos ayuda a comprender una época y los sentimientos y emociones que nos produce. La mayoría de objetos que se coleccionan es debido a que proporcionar recuerdos de una época ya pasada, que nos muestra la evolución de nuestra sociedad y del ser humano.
La historia es, al final, el conjunto de historias individuales que nos ayudan a entender una época: Henry Ford dijo una vez que cada objeto contaba una historia si sabías leerla. El coleccionismo es, de alguna manera, una gran biblioteca que almacena todas esas historias y las ordena dándoles un sentido y una coherencia.