En el estudio de la arquitectura las escaleras de caracol cobran un capítulo aparte en importancia, por la combinación increíble de diseño visual y complejidad de construcción. Una escalera de caracol es la que se construye tradicionalmente alrededor de un poste vertical que es la hélice en torno a la que se suceden los peldaños o, en ocasiones, con una anchura necesaria como para que el hueco central sirva de hélice a la construcción.
La propia tradición arquitectónica de Roma ha motivado la construcción de algunas de las más famosas escaleras de caracol del mundo, algunas de ellas visitadas por millones de turistas.
Sin embargo, antes de ser motivo de fascinación por todo el mundo y de captar una renovada importancia, las escaleras de caracol tenían funciones muy relevantes. En la mayoría de los casos era la solución idónea a espacios pequeños donde una escalera tradicional no tenía cabida. Aún hoy en día siguen utilizándose bajo este fin.
Pero si nos trasladamos a su origen más primigenio en la Edad Media, descubrimos otros usos. Por ejemplo en algunos castillos servía de defensa ante ataques externos y se construía con una ascensión hacia la derecha. Esta compleja construcción de las escaleras de caracol ofrecía desventaja al atacante por el pequeño espacio y la limitada maniobra de los soldados (casi todos diestros), frente a unos defensores en una situación más adecuada ante sus enemigos.
Uno de los usos más famosos de la escalera de caracol se encuentra en los Museos Vaticanos, donde la mundialmente conocida escalera de Bramante ofrecía al Papa Julio II la posibilidad de subir en caballo o incluso un pequeño carruaje, ya que está completamente construida en rampa y con anchura suficiente.
Esta escalera suele estar cerrada al público, pues data del año 1512 y se protege su conservación. En su lugar puede visitarse una construida por Giuseppe Momo en 1932, que está muy inspirada en la del arquitecto del siglo XVI.
En Italia hay muchas más escaleras de caracol interesantes como la del Palazzo Venezia en Roma o la de la Torre del Mangia de Siena en la Toscana. Pero su importancia no ha disminuido recientemente, sino más bien al contrario. El famoso arquitecto Alberto Sanjurjo Álvarez explicó en su tesis «La escalera de caracol en los tratados de cantería españoles de la Edad Moderna y su presencia en el patrimonio construido hispánico: estudio geométrico y constructivo» (por la que obtuvo el título Cum Laude) el redescubrimiento de la escalera de caracol.
En base a un estudio de 10 años sobre escaleras de caracol, principalmente las construidas entre los siglos XVI y XVIII, Alberto Sanjurjo Álvarez expone la complejidad de la construcción de estas escaleras en piedra. Del mismo modo, el arquitecto constata la importancia tanto para la funcionalidad como para la decoración arquitectónica, que las escaleras de caracol están cobrando en todo tipo de infraestructuras modernas, tanto por dentro de las mismas como incluso por fuera, adaptándose a todo tipo de estilos y motivando un auge creciente de las escaleras de caracol en todo el mundo.